Encarnados calibres de la oscuridad asegurada
bajo millones de luces muertas
se encuentra el alma viva
que recuerda aquellos momentos en que tu corazón latió.
Impregnado en luto,
recuerdo mi presente,
defino mi pasado,
y el futuro se abre.
Apaciguante nace mi recuerdo de la vida
los demonios bajo mi piel amenizan el dolor.
Pues ellos saben que he vivido
y lo vivieron conmigo.
Penetrante dolor,
agujas en algodón.
No puedo caer por esto
pero no me puedo levantar de aquí.
Ignoro con eficiencia la veracidad de cada palabra
solo con el fin de que se sienta incorporable.
Palabras como dagas,
cruzan mi cuerpo a cada recuerdo
solo basta un pequeño segundo
y me apuñalan.
Con mucho esfuerzo vislumbro otras palabras de momento
e intento olvidar cada puñal
para no clavarme más a cada segundo
pero es inútil.
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