Sobre los arboles, se asoma un rostro
un rostro que evoca amor
un rostro que tienta a la bestia
y que me llama a acercarme.
El temor ataca,
y me pierdo en mis ganas de querer,
de amar.
De amar nuevamente, o quizá querer.
El Caballero de la armadura añil
El Protector de la encrucijada
La Sombra de la oscuridad
El Batallón del olvido.
La bestia se acrecienta
y busca su estado final
tomar control sobre lo que le pertenece.
Y partir.
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